Escuchemos a los pobres
«También he visto en este mundo algo que me ha parecido que encierra una gran enseñanza: Una ciudad pequeña con pocos habitantes es atascada por un rey poderoso que levanta alrededor de ella una gran maquinaria de ataque. Y en la ciudad vivía un hombre pobre, pero sabio, que con su sabiduría salvo la ciudad.
Y sin embargo, nadie se acordó de él. Pero yo afirmo, que vale más ser sabio que valiente, aunque la sabiduría del pobre es despreciada y sus palabras no son escuchadas»
Eclesiastés 9, 13 – 16